Restauración de pasivos mineros y su relación con los residuos de construcción y demolición

Por Félix González Yagüe, Doctor en Ingeniería de Recursos Naturales y Licenciado en Economía
Restauración de pasivos mineros y su relación con los residuos de construcción y demolición
Restauración de pasivos mineros y su relación con los residuos de construcción y demolición
26-04-2022

La diversidad geológica de España hace que en el territorio existan yacimientos de muy diferentes rocas y minerales, dando lugar a una variada e importante actividad minera en el país con cerca de 3.000 explotaciones distribuidas a lo largo de toda nuestra geografía.

La práctica totalidad de estas explotaciones fueron concebidas con un estudio de impacto ambiental y un plan de restauración asociado que habrá de ser acometido durante la explotación o como muy tarde en el estadio final de la misma.

Pero esta huella de la actividad sobre el terreno es solo una décima parte del total de pasivos ambientales generados por la minería en España y que podrían ser restaurados, entre otras, en base a cuatro tipologías básicas de actuación:

1. Almacenamiento de residuos peligrosos en espacios subterráneos, como los ya existentes desde hace décadas para residuos nucleares.

2. Explotación energética. Explotación geotérmica para almacenamiento de energía en forma de calor, instalación de centrales minihidráulicas en pozos inundados o centrales depuradoras reversibles que ya están en funcionamiento en numerosas regiones de pasado minero.

3. Reindustrialización. Aprovechamiento de instalaciones mineras y tejido industrial asociado para albergar nuevas industrias, con especial interés en los centros de procesamiento de datos subterráneos, para los que las antiguas instalaciones mineras proporcionan una ventaja competitiva diferencial por su acceso a suministros de agua y electricidad, fundamentales para su operación, y por unas condiciones excepcionales de las que se benefician centros de alta seguridad como el Lefdal Mine Datacenter en Noruega.

4. Restauración ambiental. Restitución del paisaje y la biodiversidad original a través del depósito de residuos minero metalúrgicos convenientemente tratados.

Esta última alternativa además de poder ser la más habitual, podría formar parte de una estrategia de mayor calado integrando en la ecuación no solo su propio pasivo ambiental sino además y especialmente el asociado a la industria de la construcción como principal destinatario del total de materias primas extraídas y mayor generador de residuos de la Unión Europea (actualmente el sector de la construcción consume casi la mitad de los recursos naturales absorbidos en la región generando un tercio de sus residuos totales).

De entre esta ingente cantidad de materiales, existe aproximadamente un 25% de fracciones directamente recuperables (metales, vidrio, madera,…), mientras que el 75% restante correspondiente a la fracción pétrea (hormigones, ladrillos, cerámica…) tiene múltiples, pero a menudo no ideales, destinos.

En el caso de España, del total de 45 millones de toneladas de Residuos de Construcción y Demolición producidos anualmente solo el 25% es gestionado en plantas que garantizan su valorización como residuos útiles. El 75% restante es gestionado de forma incorrecta, ilegal y en muchos casos delictiva, generando graves impactos ambientales, sociales y paisajísticos.

Estas bajas tasas de reciclaje contrastan con las de países como Italia (78%) o Bélgica (76%) y nos enfrentan al gran reto marcado por la Unión Europea en su Plan de Acción de Economía Circular por el que deberemos valorizar el 70% de residuos de construcción y demolición en 2030.

Estamos pues ante una transición en la que podríamos pasar de contar con un pasivo anual de aproximadamente 30 a 10 millones de toneladas, que en última instancia podrían ser convenientemente tratadas para su deposición definitiva en zonas degradadas por la minería para su restauración. Convertiríamos de esta forma dos pasivos ambientales endémicos como son la minería abandonada y los residuos de construcción, en un activo ambiental de valor incalculable como es la biodiversidad más amplia de Europa con 45 Reservas de la Biosfera, más de 50.000 especies animales y 10.000 especies de plantas diferentes.

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